Y así llegaron Elena y Jacobo …
Hoy les quiero contar el nacimiento de nuestros mellizos Elena y Jacobo.
Nuestro embarazo fue dentro de todo, muy normal, afortunadamente nunca tuvimos una emergencia relacionada con los bebes, aunque mi condición de asmática me implico un par de visitas a Urgencias.
En la semana 22 mi especialista de Alto Riesgo me dio un ultimátum: debíamos llegar a la semana 30 !, yo estaba enorme (o así me sentía), nunca creí que lo lograría, sin embargo me mentalice y dije: “tenemos que llegar.” Mi tamaño no era lo único que me preocupaba, mi esposo estaba fuera del país, llegaba al inicio de la semana 34, si creía que no llegaba a la 30, mucho menos a la 34, todos los días les decía a mis bebes: “tenemos que llegar, tenemos que esperar a papá”.
Con cuidados, cero estrés, cero alteraciones llegamos a la semana 30, mi médico consideró que para evitar riesgos era importante entrar en incapacidad, por lo menos no seguir trabajando.
Al inicio de la semana 31 empecé a brotarme, todo el cuerpo, la rasquiña era desesperante, no me aguantaba, no dormía, no estaba tranquila, fui al médico y me ordenó unos exámenes. Debíamos descartar Colestasis, de lo contrario, me tenía que desembarazar; me pareció un término horrible, terrorífico, sólo faltaban 4 semanas para que mi esposo llegará, como iba a ser posible que no lo pudiéramos esperar. Maduraron pulmones de los bebes, me hicieron los exámenes: todo bien ! Mi cuerpo estaba reaccionando a la cantidad de estrógeno que estaba produciendo: nada que hacer, hasta que nacieran iba a seguir igual.
Llego la TAN anhelada semana 34, llego mi esposo; les dije a los bebes: “ ahora sí, cuando quieran”. Pasamos dos semanas de mucho cansancio (para mí), aunque no me importaba, al final de la semana 35 tuvimos nuestra última ecografía, para mi sorpresa y pesar, respecto a la del mes anterior, sólo habían aumentado 200 (Jacobo) y 400 gr (Elena); yo sentía que pesaban muy poco 2200 gr Elena y 1800 gr Jacobo. La semana siguiente tenía cita con mi médico y esperaba con ansias y miedo lo que me iba a decir, sin embargo, había leído varias historias en la página y sentía que aunque estaban chiquitos, varios bebes habían salido adelante siendo mas peques, así que en el fondo me tranquilizaba un poquito.
Nunca llegue a mi siguiente control, el lunes 12 de diciembre amanecí sintiéndome más cansada de lo usual, además con un flujo transparente, que no era normal. Llegamos a la clínica a medio día, definitivamente ya había iniciado trabajo de parto; Jacobo, había roto membranas.
Espere unas horas para la cesárea, alcancé a tener contracciones, llegaba el momento de conocer a los amores de mi vida.
Ya en la cesárea me explicaron que primero sacarían a Jacobo, debido a que el había sido quien había roto membranas; así fue, a las 8:50 pm escuche a mi hermoso; a las 8:53 pm a mi hermosa.
Jacobo nació más pequeño, pesó 1870 gr, lo llevaron a Unidad de Cuidados Intermedios para monitorearlo, afortunadamente no requirió oxígeno o algún tipo de soporte, únicamente líquidos para administrarle un antibiótico que evitaría alguna infección por la exposición; Elena pesó 2250 gr, no tuvo ningún inconveniente, estuvo conmigo todo el tiempo.
Los dos días que estuve hospitalizada fueron duros, especialmente por el hecho de no poder ver a Jacobo; mi esposo estuvo todo el tiempo con el, pero yo no pude verlo hasta que salí de alta. Afortunadamente, a pesar de ser chiquitín sólo requirió un día adicional en la Unidad, sólo pasé una noche en casa sin el pero me pareció eterna; admiro y considero enormemente a las mamás que deben dejar a sus chiquitines más tiempo, creo que hubiera enloquecido de ser así.
Chiquititos como eran salieron en canguro, todo un tema, las noches son eternas, los días sin descanso, pero ver y sentir como ganan día a día peso, no tiene precio; tenerlos pegaditos 24/7 es maravilloso, cansado, pero maravilloso.
A hoy tienen 3 meses y medio, el reto ha sido duro, pero increíble. Ahora me enfrento a lo más difícil que hasta el momento creo que he tenido que hacer, regresar al trabajo y dejar a mis pequeños, el vínculo que se crea cuando son bebes canguro se siente indestructible, pero la realidad de una madre trabajadora es otra, las 2 semanas adicionales que me dieron de licencia por ser dos bebes no alcanzan, o así lo siento yo; aún los veo muy frágiles, aún siento que me necesitan 24/7 con ellos, tal vez nunca dejaré de tener esa sensación así tengan 30 años, pero ni modo.
Acerca del autor - lorenamarin
Somos una pareja de Biólogos, Mauricio es Líder de Mamíferos de WCS una ONG internacional y Lorena es Revisora Biótica en la ANLA. Nos gusta la naturaleza, leer y viajar.
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