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Nos fuimos a Bogotá … !!! (Última Parte)

Sonia
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Habíamos llegado a Bogotá sin mayores contratiempos y complicaciones. Para mí, Bogotá, si bien es sinónimo de smog y trancones, tiene un atractivo cultural y climatológico que me encanta!!! Y por supuesto estaba super emocionada de poder sacar a los trillizos a pasear!

Cuando llegamos nos acomodamos en el estudio de mi tía; organice teteros, cambiamos pañales, dimos compotas y descansamos un rato. Estuvimos pendiente de los niños, de cómo se comportaban en el nuevo ambiente, pendientes que no les diera “mal de altura”, en general, que siguieran bien.

El primer día, no hicimos mucho, esperando que los niños se aclimataran e intentamos mantener la rutina antes de dormir, con la esperanza que el cambio de ciudad no los afectara tanto. La noche no fue tranquila, pero tampoco fue la peor de todas, así que en general sentí que íbamos bien.

El sábado temprano salimos para la finca de mis tíos para el asado de cumpleaños. Los niños iban muy cómodos y tranquilos en sus sillas, durmieron parte del camino, y el tiempo que estuvieron despiertos jugamos con ellos.

Al llegas a la finca, hacia un sol espectacular, sacamos una colcha y luego de un poco de bloqueador en la cara, los bebes estaban listos para explorar el nuevo territorio!!!! En general, pasaron un día muy tranquilo, sin embargo, empezamos a notar que Vera estaba un poco indispuesta… lloraba, se agarraba la cabecita, estaba incomoda y solo quería que yo la cargara. Pensamos que era “mal de altura” por lo que luego de consultar con el pediatra le dimos dolex y esperamos.

Pero que equivocada estaba!!! Vera en lugar de mejorar, empeoró, empezó a vomitar y lloraba sin parar. Al llegar a Bogotá, ya había vomitado 5 veces y lloraba inconsolablemente. Llamamos a una amiga pediatra de mis tíos, recetó pedialite y dolex y en el evento de continuar vomitando, ir a la urgencia.

No habíamos colgado el teléfono cuando Vera había vuelto a vomitar, por lo que salimos de inmediato a la urgencia de la Clínica de la Mujer. Mientras tanto mis hermanas, mis primos y mi otra tía, se hacían cargo de Luca y Elena, quienes claramente se quedaron en la casa.

Llegamos a la urgencia y durante el proceso de admisión y el chequeo por parte del pediatra de turno Vera vomitó unas 4 veces más. La pediatra en turno la revisó, y luego de unos exámenes de sangre y coprológico el diagnóstico fue gastroenteritis viral. El tratamiento era sencillo: alimentación especial y dolex. El problema: estaba totalmente deshidratada, tanto que no salían lágrimas cuando lloraba. El resultado: 12 horas de observación pediátrica.

De las cosas más horribles que como mama de múltiples experimentamos es tener que quedarnos en la clínica con uno de los niños, mientras los otros tienen que quedarse en la casa al cuidado de familiares. Sin embargo, siempre sacamos energía de donde creemos que no hay, ponemos nuestra mejor cara, nos sentamos en la silla incomoda de la habitación de pediatría, y pasamos la noche en vela, pendientes de los pitos de la máquina que mide el oxígeno, la que pasa los medicamentos, de si la mano en la que está la intravenosa se hincha, si se tapa, o cualquier otra cosa.
Así pasamos nuestra segunda noche en Bogotá: yo en la urgencia con Vera; mis hermanas, tías y primos cuidando a Elena y Luca. Nada divertido.

Pasadas las 12 horas, Vera estaba mucho mejor, no había vuelto a vomitar, no le había dado fiebre, y las deposiciones ya no eran liquidas. Podíamos regresar a la casa!!! Sin embargo, mis esperanzas de un picnic en el parque cercano al edificio se esfumaron. Por el contrario, pasamos una tarde en la sala, con chimenea prendida, oyendo “la vaca lola” y recibiendo visitas.

La tercera noche por supuesto fue horrible… Vera volvió a vomitar unas cuantas veces más, y teníamos que estar despiertos temprano para salir al aeropuerto. No me pregunten como, pero logramos estar todos listos, nuevamente, a tiempo para salir y llegar a tiempo a nuestro vuelo; Vera no volvió a vomitar, y Avianca, como siempre, se portó excelente con nosotros.

Habíamos sobrevivido un vuelo sin vómitos, pero al llegar a Barranquilla, Luca y Elena empezaron con los mismos síntomas de Vera.

En retrospectiva, el viaje no fue lo que esperaba, empezando porque no pensé tener que pasar una noche en la urgencia pediátrica! Pero nos sirvió para darnos cuenta que si es posible salir de la ciudad con tres bebes… que es complicado pero no imposible!

Mi recomendación, para mí misma y las demás familias de múltiples que decidan viajar: Estar preparado para lo inesperado!

Ahora estamos organizando una nueva aventura con los tri…me recomiendan algún lugar para visitar???


scnl84
Acerca del autor - scnl84

Mamá de tres, abogada.

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